Sin embargo, hay varios tipos de acúfenos, cada uno de ellos capaz de alterar completamente la vida del paciente.
En la mayoría de los casos, los ruidos en el oído son debidos a factores sanitarios tales como infecciones, fluidos alojados en el oído interno o la exposición a sonidos estridentes.
Pero existen otros casos en los que los acúfenos no se ajustan a ninguno de estos patrones y permanecen aunque no exista razón médica alguna que lo explique: ni estridencia, ni infecciones, ni líquidos…
¿Qué tipos de acúfenos existen?
Según su naturaleza, es decir, según las causas que lo provocan, tenemos dos tipos de acúfenos: objetivos y subjetivos.Se trata de acúfeno subjetivo, cuando y el timbre o el silbido es escuchado solamente por el paciente.
Acúfeno Objetivo es provocado por causas somáticas en los casos en los que el médico también puede oír el ruido por medio del uso de instrumentos acústicos.
El acúfeno subjetivo se presenta con poca frecuencia, aproximadamente en un 5% de los casos, y tiene unas causas específicas. Sin embargo, la determinación del origen del acúfeno Objetivo es más difícil de establecer.
Algunos de estos son Acúfenos Unilaterales, es decir, los ruidos se pueden escuchar en un oído, o Acúfenos Bilaterales, cuando se escuchan en ambos oídos.
Por otra parte, las personas que sufren de Acúfeno Pulsátil pueden escuchar los latidos de su propio corazón, mientras que las resonancias del Acúfeno Somático se sitúan fuera del oído, probablemente más allá de los nervios cocleares, y se cree que proceden de una interferencia central dentro de la materia gris del cerebro.
El Acúfeno como resultado de una sinusitis crónica puede ser bastante desagradable, y se produce por el engrosamiento de la mucosidad dentro del espacio del oído medio desde donde es difícil drenar la mucosidad.
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